Con el advenimiento de los nuevos cambios que la humanidad afronta al constituirse como una sociedad globalizada, rompiendo fronteras y limites geográficos, las implicaciones económicas y de desarrollo también han cambiado con suma radicalidad, ya en la actualidad se reconoce el papel preponderante que asume la información como nuevo recurso y factor económico, fundamentado en el planteamiento de algunos autores al denominar los actuales tiempos como la era de la información y del conocimiento.
Lo anterior incide directamente en nuevos focos de atención para profesiones relacionados con los aspectos determinantes en el proceso de la información (Ingenieros, Analistas de sistemas, Diseñadores, Cartógrafos etc..), incluso la ciencia documental, que tradicionalmente ha centrado sus esfuerzos al manejo de documentos en soportes impresos por medio de una típica administración de unidades de información, ha tenido que replantear su estructura de operación frente al internet y a la aplicación de nuevas tecnologías, donde tanto la información como el profesional en información y documentación adquieren valores generadores de una nueva significancia de la información y de una cambiante responsabilidad del profesional y su que hacer diario. Estos nuevos valores agregados develan un necesario y obligado compromiso frente al entorno social y las comunidades de usuarios demandantes de información.
Partiendo de la idea referida anteriormente de que un cambio en la mentalidad mundial incide directamente en el desarrollo de nuevos focos de atención para algunas profesiones, el profesional de Información y Documentación esta llamado a ser el gestor de liderazgo en cuanto a desarrollar la capacidad de posibilitar el acceso al conocimiento universalmente disponible a toda su comunidad de usuarios ya sea organizacional o de carácter publico, en donde la elaboración de proyectos, estudio de necesidades de información, creación de nuevos servicios de información, son algunas de las características primordiales de los que llevan la batuta en el manejo y disponibilidad de la información. Es apenas lógico el entender cual es la responsabilidad que sopesan estos profesionales, pues esta nueva orientación conceptual del ejercicio profesional, los presentan ahora como facilitadores, incluso como lo indica Bonilla[1] “gestores de información” , la cual por su misma importancia debe estar alejada de cualquier alteración malintencionada reposando su veracidad en gran medida por la ética del profesional en información y documentación.
Por otra parte, y como lo menciona Pineda es necesario el tener en cuenta los parámetros constitucionales y de bien común, pues, el criterio de acceso a la información es un valuarte, que también esta estrecha mente relacionado con el profesional, pues aunque existen entornos o comunidades cerradas (Empresariales por ejemplo), el encargado de la gestión de la información (documentada por lo menos), debe poseer los criterios para discriminar que información le puede competir al público y cual a entornos herméticos, para no recaer en una falta tan grave como lo reitera Pineda al mencionar que se puede llegar a ignorar el establecimiento democrático en el cual se convive, así mismo debe ser característica primordial de su labor el brindar la información oportuna, eficiente, y veraz. Los individuos inmiscuidos en el proceso informativo deben también crear mecanismos que permitan al usuario interactuar con herramientas que le facilitarán el satisfacer sus necesidades de información , una de estas herramientas y muy renombrada en la ultima década es la referente a la aplicación de las nuevas tecnologías de acceso a la información, las cuales involucran que el profesional no solo sea mediador entre las fuentes de información y el usuario final sino que mas bien adquiera un comportamiento mas dinámico, en donde también procure y dedique parte de sus esfuerzos en el enseñar a su comunidad de usuarios el manejo de estas, para que ellos con el apropiamiento de sus utilidades estén en la capacidad de generar sus propias estrategias de recuperación de información, tan es así que las evoluciones recientes del internet focalizan en prioridad la estructuración y el acceso de recursos de información a partir de la red.
En consecuencia se percibe un desafió particularmente agudo para el gremio de profesionales de la información el cual se enmarca en la capacidad de adaptarse a la evolución acelerada de su entorno y servir de enlace, guía y orientador de sus usuarios finales posibilitándoles el obtener una total maestría en cuanto al manejo y aprovechamiento de las nuevas herramientas de acceso al conocimiento universalmente disponible. Pineda nos resume un desafió enfocado a una misión del ejercicio profesional entendida como “ el aprovechar la tecnología del mundo globalizado y reducir de alguna forma la brecha entre informados ricos e informados pobres, permitiendo que todos participen de la sociedad de la información, creando una cultura de individuos con capacidad de trabajar con información, para su desarrollo personal y profesional.”
Lo anterior incide directamente en nuevos focos de atención para profesiones relacionados con los aspectos determinantes en el proceso de la información (Ingenieros, Analistas de sistemas, Diseñadores, Cartógrafos etc..), incluso la ciencia documental, que tradicionalmente ha centrado sus esfuerzos al manejo de documentos en soportes impresos por medio de una típica administración de unidades de información, ha tenido que replantear su estructura de operación frente al internet y a la aplicación de nuevas tecnologías, donde tanto la información como el profesional en información y documentación adquieren valores generadores de una nueva significancia de la información y de una cambiante responsabilidad del profesional y su que hacer diario. Estos nuevos valores agregados develan un necesario y obligado compromiso frente al entorno social y las comunidades de usuarios demandantes de información.
Partiendo de la idea referida anteriormente de que un cambio en la mentalidad mundial incide directamente en el desarrollo de nuevos focos de atención para algunas profesiones, el profesional de Información y Documentación esta llamado a ser el gestor de liderazgo en cuanto a desarrollar la capacidad de posibilitar el acceso al conocimiento universalmente disponible a toda su comunidad de usuarios ya sea organizacional o de carácter publico, en donde la elaboración de proyectos, estudio de necesidades de información, creación de nuevos servicios de información, son algunas de las características primordiales de los que llevan la batuta en el manejo y disponibilidad de la información. Es apenas lógico el entender cual es la responsabilidad que sopesan estos profesionales, pues esta nueva orientación conceptual del ejercicio profesional, los presentan ahora como facilitadores, incluso como lo indica Bonilla[1] “gestores de información” , la cual por su misma importancia debe estar alejada de cualquier alteración malintencionada reposando su veracidad en gran medida por la ética del profesional en información y documentación.
Por otra parte, y como lo menciona Pineda es necesario el tener en cuenta los parámetros constitucionales y de bien común, pues, el criterio de acceso a la información es un valuarte, que también esta estrecha mente relacionado con el profesional, pues aunque existen entornos o comunidades cerradas (Empresariales por ejemplo), el encargado de la gestión de la información (documentada por lo menos), debe poseer los criterios para discriminar que información le puede competir al público y cual a entornos herméticos, para no recaer en una falta tan grave como lo reitera Pineda al mencionar que se puede llegar a ignorar el establecimiento democrático en el cual se convive, así mismo debe ser característica primordial de su labor el brindar la información oportuna, eficiente, y veraz. Los individuos inmiscuidos en el proceso informativo deben también crear mecanismos que permitan al usuario interactuar con herramientas que le facilitarán el satisfacer sus necesidades de información , una de estas herramientas y muy renombrada en la ultima década es la referente a la aplicación de las nuevas tecnologías de acceso a la información, las cuales involucran que el profesional no solo sea mediador entre las fuentes de información y el usuario final sino que mas bien adquiera un comportamiento mas dinámico, en donde también procure y dedique parte de sus esfuerzos en el enseñar a su comunidad de usuarios el manejo de estas, para que ellos con el apropiamiento de sus utilidades estén en la capacidad de generar sus propias estrategias de recuperación de información, tan es así que las evoluciones recientes del internet focalizan en prioridad la estructuración y el acceso de recursos de información a partir de la red.
En consecuencia se percibe un desafió particularmente agudo para el gremio de profesionales de la información el cual se enmarca en la capacidad de adaptarse a la evolución acelerada de su entorno y servir de enlace, guía y orientador de sus usuarios finales posibilitándoles el obtener una total maestría en cuanto al manejo y aprovechamiento de las nuevas herramientas de acceso al conocimiento universalmente disponible. Pineda nos resume un desafió enfocado a una misión del ejercicio profesional entendida como “ el aprovechar la tecnología del mundo globalizado y reducir de alguna forma la brecha entre informados ricos e informados pobres, permitiendo que todos participen de la sociedad de la información, creando una cultura de individuos con capacidad de trabajar con información, para su desarrollo personal y profesional.”